
Tener un compost en tu casa puede ser muy beneficioso. ¿Sabías que reduce hasta un 50% la bolsa diaria de nuestros residuos? ¡Y su abono es ideal para plantas, macetas y huertas! Además, separar los residuos orgánicos para hacer tu propio compost permite que el resto de los residuos se mantengan limpios, secos y queden listos para ser reciclados.
¿Qué son los residuos orgánicos?
Los residuos orgánicos domiciliarios son aquellos de origen vegetal o animal: yerba, café, infusiones, cáscaras, carozos y restos de frutas y verduras, comida en mal estado, servilletas de papel, cáscara de huevo, lácteos, huesos y restos de carnes rojas, pollo y pescado.
Si los residuos orgánicos no son separados y tratados adecuadamente, generan muchos inconvenientes. Su descomposición, además de provocar malos olores, también genera sustancias que contaminan aguas subterráneas, aire y suelos, y pueden ser fuente de proliferación de plagas y enfermedades.
Mediante el compostaje podemos evitar esto, ¡de manera segura y sencilla!
¿Qué es el compostaje?
Es una práctica en la que los restos orgánicos se transforman biológicamente en abono. Esto es posible porque lo realizan microorganismos benéficos (hongos y bacterias) en presencia de aire y humedad, sin olores ni riesgo para la salud de las personas. También puede realizarse incorporando lombrices californianas, pero no son indispensables en el proceso.
¡No todo se composta!
- Estos son elementos que se pueden compostar:
- Restos de frutas y verduras. Sus cáscaras también.
- Yerba, café e infusiones, con los filtros de papel incluidos.
- Cáscaras de nueces u otros frutos secos.
- Hojas secas.
- Servilletas que no hayan sido utilizadas para higienizarse.
- Papeles sin tinta.
En la compostera sólo pueden ir los residuos orgánicos vegetales. Los restos de origen animal no se compostan en el hogar. Las sobras de verduras cocidas tampoco se compostan porque, al tener mucha concentración de líquidos, puede perjudicar la compostera.
Otros elementos que no deben ir a una compostera en ninguna circunstancia son:
- Heces de animales domésticos.
- Papel higiénico.
- Toallitas sanitarias.
- Pañales y otros productos de higiene corporal.
- Paños y servilletas utilizadas en la desinfección del hogar.
- Restos de aspiradora o de barrido.
- Colillas de cigarrillo y cenizas.
Todo sobre la compostera
La compostera puede colocarse en espacios abiertos amplios como un campo o jardín, o en espacios abiertos más reducidos como balcones y terrazas. El contenedor puede ser de plástico o de madera y es importante evitar la entrada de agua de lluvia, permitir el ingreso de aire y favorecer el drenaje de los líquidos que se producen a lo largo del proceso.
Su forma y tamaño dependerá del espacio que dispongamos y la cantidad de residuos orgánicos vegetales que se generen en el hogar.
¡También se puede hacer de manera casera, reciclando tachos de pintura!
¿Qué más debemos tener en cuenta a la hora de compostar?
Se recomienda revolver el compost una o dos veces por semana. Además de los residuos orgánicos, es clave sumar residuos secos para que absorban el exceso de humedad que generen los orgánicos. A su vez aportarán “estructura”, es decir, porosidad.
Se puede evitar que ingrese el agua de lluvia colocando una tapa no hermética, ya que los microorganismos de la compostera precisan oxígeno para vivir. La falta de este elemento inducirá a que se desarrollen bacterias responsables de la generación de malos olores. Hay que evitar la compactación de la pila de residuos y el exceso de humedad.
Como habrás visto, teniendo en cuenta todos estos puntos, ¡compostar es muy simple! Esperá unas semanas y listo. Tus residuos se convertirán en abono para las plantas de tu casa. ¿Lo vas a intentar? Si ya tenés experiencia haciendo compost dejanos tu comentario más abajo contándonos cómo te resulta esta técnica.